Buena gobernanza global en el escenario mundial

¿Cómo puede diseñarse y organizarse un gobierno dirigido globalmente? Lo que está claro es que la insistencia en la soberanía absoluta de los pueblos, que utilizan sobre todo los Estados autoritarios como requisito para la paz mundial, para ampliar cada vez más sus propios intereses y atacar una y otra vez las estructuras democráticas.

 

Pero no sólo a los gobernantes absolutistas les gusta esgrimir este argumento. Los gobernantes de los Estados democráticos también insisten en él, al menos en parte, en cuanto se intercambian los argumentos para rebajar esta posición, basada en el derecho internacional.

 

Los gobernantes, así lo sienten los pueblos una y otra vez, sólo se enfrentan a una reacción a corto plazo de su propia agenda partidista. Esta impresión desmiente la voluntad decisoria del soberano, es decir, del electorado. Todo lo contrario. Se trata siempre de una orientación estratégica de los actores políticos para prolongar su permanencia en el poder el mayor tiempo posible. 

 

Entonces, ¿cómo acabar con esta oposición? 

 

Sobre todo, ¡que los pueblos se conviertan en verdaderos actores, que se construya una política mundial centrada en las personas y que los gobernantes se conviertan en proveedores de servicios a los pueblos para elevar el bien común en todo el planeta y el desarrollo ulterior de los pueblos a un nivel completamente nuevo!

 

Esto significa que los gobernantes deben renunciar a su papel estratégico y desarrollar sus competencias tácticas, con los pueblos dando la dirección a través de elecciones activas y los representantes elegidos por los pueblos poniendo la voluntad del pueblo completamente al servicio de la humanidad a través de sus cálculos especiales. 

 

Porque sólo juntos conduciremos a la humanidad hacia un futuro brillante y no la abandonaremos a su suerte.